Las primeras anotaciones de este volumen están fechadas en Wilflingen, residencia definitiva de Jünger desde 1950. Pero, ya a las pocas semanas, se embarca en un viaje al Extremo Oriente que durará cinco meses. Este sorprendente diario de viaje no es el único: por ejemplo, en la primavera de 1968, Jünger pasa tres meses en Roma, pero también le acompañamos a Córcega, Angola, Islandia, Portugal, Marruecos y las islas Canarias. Para Jünger, un hombre de controvertida experiencia y viva curiosidad, estos viajes son «acercamientos» a la plenitud.