Manuel Garrido López es un señor en toda la extensión del término. Por casualidades de la vida, en la editorial Samarcanda hemos tenido la oportunidad de dar con el causante de que en la Feria de Sevilla sean multitud las personas que bailan y viven las sevillanas, de que exista ese factor diferencial que hace que la mayor fiesta de la capital de Andalucía (con permiso de la Semana Santa) sea una experiencia que hay que vivir en persona para entenderla. El baile y el cante por sevillanas forman hoy parte de la misma gracias a don Manuel. Sepan que a mediados de los años 60, decidió, junto a un grupo de amigos, que no le gustaba el proceso de desnaturalización que estaba menoscabando el espíritu de la Gran Cita de Abril, junto a otros aspectos relacionados con la idiosincrasia y la concepción urbanística de Sevilla. El objetivo estaba claro: más sevillanas (y trajes de sevillanas) y menos orquestas al uso que amenazaban con convertir la Feria en una fiesta más, una de tantas. Manuel García y Manolo Alfaro prestaron las voces para que sonaran Los Giraldillos, el emblemático grupo de sevillanas que salvó a las ídem de entrar en proceso de disolución y que lideró durante una década la recuperación de las sevillanas. Los que vinieron después son hijos suyos. A Los Giraldillos le debemos tal renacimiento. Tan sólo por esta aportación, el legado de Manuel Garrido merece estar recogido en un libro a su altura. Aquí aportamos únicamente una parte de lo mucho y bueno que nos ha regalado a lo largo de su prolífica vida. Es tanto que haría falta una enciclopedia para condensarlo todo. En pleno siglo XXI, tiene usted en sus manos un granito de arena para que este garante del Mester de Juglaría como es don Manuel disfrute del reconocimiento que merece. Honremos a nuestros mayores. Que así sea. 3 archivos adjuntos