Con todo un verano por delante, y tras unos meses difíciles en lo sentimental y lo familiar, lo único que quiere Lucía es disfrutar de las vacaciones, la playa y de su amiga Sara. Alex es engreído, complicado y muy sexy. Lucía no lo soporta, pero él parece poco dispuesto a apartarse de su camino. Hay mil cosas que los separan y una sola que los une; la atracción que sienten el uno por el otro y que no pueden controlar. El destino ha decidido complicarle el verano a Lucía, más aún, cuando comienza a recibir una serie de amenazas anónimas.