El recuerdo permaneció larvado durante décadas hasta que emergió de repente cuando intentaba por enésima vez escribir una novela imposible: la historia de los cientos de músicos ciegos exterminados en los terribles años de las purgas estalinistas. Palos de ciego es también un enfrentamiento con la memoria, con las víctimas olvidadas y las inventadas entre los hitos de la historia y el humo de las leyendas.
David Torres demuestra ser uno de los más sólidos novelistas de nuestro idioma, capaz de olfatear y consignar toda clase de vínculos entre la intimidad de un niño crecido en un barrio periférico y los acontecimientos que han marcado el destino de Occidente. Compone una novela de una sabiduría histórica y al mismo tiempo una disección sentimental del presente difícilmente superable. El lector no podrá salir de esta novela sin sentir que, como los ciegos, ha visto más: tocar con sus manos la misteriosa materia que tiembla en lo más profundo de cada vida, el doble muerto y vivo que llevamos con nosotros, la Historia de los pueblos que la memoria edifica a la vez que traiciona. Palos de ciego es el mejor exponente de literatura totalmente verdadera.