Seis años después regresa a su refugio a orillas del mar Cantábrico, cargada con una mochila repleta de desilusiones y con un único objetivo: prepararse mentalmente para la prueba que la espera al final del verano.
Sin embargo, allí se topa con la desagradable sorpresa de tener que compartir apartamento con un hombre que despierta en ella emociones encontradas, alguien que la obligará a preguntarse si se puede amar a dos personas sin terminar herida. Él será quien la empuje a enfrentarse a lo que más teme: ella misma.
¿Volverá a ser Livia aquella persona valiente y sin miedo a nada?
«Hay pasiones que debemos olvidar parasobrevivir, al igual que hay palabras que caen como la lluvia y que una vez en el suelo solo son charcos próximos a extinguirse».