El amplio reconocimiento de que goza Ferlosio como uno de las más grandes prosistas de la lengua española convive con un extendido prejuicio acerca de la dificultad que entraña leer algunos de sus textos, dada la supuesta complejidad de un estilo caracterizado por la amplitud de las frases.
La presente selección sale al paso de este prejuicio, espigando una serie de pasajes en los que queda patente cómo esa complejidad constituye, de hecho, una gozosa aventura de la razón y de la lengua frente al fanatismo, la estupidez y la oscuridad, y es mucho antes un aliciente que un obstáculo para disfrutar de la lectura.
La mayor parte de los múltiples registros de Ferlosio aparecen representados en estas páginas, en las que no solo emergen algunas de sus más recurrentes obsesiones, sino también la belleza y el poderío -nunca exentos de humor y sensualidad- de una escritura proteica, que transita con toda naturalidad de la nota lírica a la pasión polémica, siempre «fiel al principio general de la lealtad a la palabra: "Que no se hable en vano"».