La Dislalia o trastornos en la articulación de las palabras constituye una problemática muy común en los niños comprendidos entre los cinco y ocho años e incluso en edades más avanzadas. La dificultad de pronunciación del fonema en concreto deriva, en la inmensa mayoría de los casos, de una alteración funcional en los órganos qUE intervienen en el habla, especialmente en incorrectas posiciones de los labios, de la lengua, incorrectas respiraciones, ausencia de vibración en la lengua, fugas de aire por la boca, nariz, dientes, etc.
Estos pequeños problemas constituyen una cuestión importante en el mismo momento en que se establecen mecanismos erróneos de pronunciación defectuosa. El defecto de pronunciación se automatiza y pasa a formar parte del habla cotidiana del niño, reflejándose también en la lengua escrita, lo cual contribuye a aumentar sus dificultades académicas que se proyectan en el área del Lenguaje.