La voz de Mary Hopkin cantando Those were the days llega hasta su celda en Lecumberri y al escucharla decide que ese será también el título de sus memorias acerca del tiempo de las manifestaciones de estudiantes y la represión. En correspondencia con Los días y los años, su relato sobre la masacre del 2 de octubre de 1968, Luis González de Alba hizo también un registro personal de la historia de un joven homosexual en prisión y sus esfuerzos por sobrevivir al encierro con la mayor normalidad posible, del exilio en Chile, los años posteriores e Francia y su andanzas para formularse un futuro después de la detención. La amistad, el amor de otro preso, los romances y encuentros en Europa, enmarcan el testimonio de este narrador acerca de los días de juventud y libertad, días para tener la vida que uno quería.