El escritor consigue trazar una imponente novela de suspense en la que lo natural y lo fantasmagórico se confunden en el misterio. Protagonizada por una joven institutriz al cuidado de dos niños en una mansión victoriana, a lo largo de la narración intervienen presencias y personajes tal vez sobrenaturales. La anterior institutriz y el sirviente murieron en extrañas circunstancias. ¿Cuál es el secreto que se oculta entre los muros de la mansión?
Este crescendo de intriga, sostenido y desasosegante, se abre con el prefacio que el propio Henry James le dedicó en la edición estadounidense de sus obras, publicadas en veinticuatro volúmenes entre 1907 y 1909. Cierran la novela un epílogo a cargo de David Bromwich, que proporciona nuevas claves de lectura, y una cronología jamesiana.
«La historia está escrita. Está encerrada con llave en un cajón, de donde no ha salido hace años.»