Los aires en la Europa de 1770 aún son tranquilos para la nobleza. Con apenas catorce años, María Antonieta deja su tierra y su familia para convertirse en la futura emperatriz de Francia. A pesar de su lógico nerviosismo y sus dudas, sus nuevos súbditos la reciben con afecto e ilusión y ella se adapta a su nueva realidad.
Sin embargo, su corazón se siente desconsolado: los años pasan y su esposo, el futuro Luis XVI, evita la consumación del matrimonio, por lo que no consigue concebir al heredero al trono de Francia. La muerte de su madre, sumada a la crueldad de las intrigas cortesanas, va alejando a la joven poco a poco de sus buenas intenciones iniciales. La joven reina comienza a aislarse de los crecientes problemas sociales, enfrascándose en un mundo de caprichos y de lujos lo que no la favorece para nada a los ojos de sus súbditos, y menos aún cuando las cosechas se pierden, el invierno recrudece y las deudas y el hambre incitan el deseo de venganza y rebelión.
Toda la nobleza francesa se ve cada vez más atrapada por el espíritu revolucionario de una época que luego culminaría en el oscuro período llamado "el Terror". María Antonieta se convierte en objeto de odio y resentimiento para aquellos que alguna vez la quisieron. Y su vida, como la de todos aquellos nobles que no pudieron ver los nuevos caminos del pueblo, tendrá un implacable final.