El niño que se esconde tras el físico de un escritor a veces es muy tranquilo, muy introvertido, y otras veces, movido y nervioso a más no poder. Lo que más le gusta es dibujar, y por eso trabajar como ilustrador es su más ferviente e intimo deseo. Si pudiera formular un deseo, Jimmy desearía que todas las centrales nucleares del mundo se echaran a descansar.