Argumento de Odisea en el Santuario de la Virgen de la Cabeza
Miguel Domínguez, conocido como El Cautivo es el último de una clase de caballeros, los caballeros pardos, que controlaron un amplio territorio conocido como La Extremadura del Duero por los cristianos, el Al-Sarrasín que dicen las crónicas musulmanas, y que no controlan ni los reyes cristianos del norte ni los musulmanes del sur. Es la frontera entre los dos mundos, el cristiano y el musulmán, y como lugar de frontera es un amplio territorio, peligroso y violento, en el que la única ley que impera es la que imponen los caballeros pardos, criadores de amplios rebaños de ganados que obtienen de sus razias por tierras musulmanas y que han hecho de éstas su forma de vida. y de muerte. Los reyes cristianos se valdrán de ellos en su lucha contra los musulmanes para ir extendiendo y ampliando sus reinos, pero sin poderlos controlar de manera que seguirán guerreando por su cuenta, defendiendo su ancestral modo de vida, su libertad e independencia. La novela nos cuenta como transcurre la vida de uno de estos caballeros, Miguel Domínguez, el Cautivo, el último de esos caballeros pardos. Nos relata, de forma amena y entretenida, su infancia en la que es adiestrado militarmente para defender los rebaños de su gente, su amistad con uno de los jóvenes que le servirá de guía y de compañero de adiestramiento, el despertar del joven a la vida, a los placeres que ésta proporciona y que le llevará a una vida licenciosa y disipada y a la que su padre pondrá fin enviándole al Extremo, donde los hombres se curten y olvidan sus juegos licenciosos de la juventud porque en ello les irá la vida. Y Miguel Domínguez, el Cautivo, podrá comprobarlo viendo morir en la frontera a buena parte de los caballeros de la ciudad. Ese es el destino de los caballeros pardos y la ciudad verá cómo pierde a buena parte de sus hombres a manos de las huestes musulmanas. Pero esa es su forma de vida y la forma en que se forjan sus hombres, que por encima de todo defienden su libertad y su independencia, porque están defendiendo su forma de vivir, la que durante cientos de años han venido realizando sus gentes. Miguel Domínguez, el Cautivo, lo sufrirá en sus carnes siendo capturado y viviendo en cautividad unos años, en los que podremos ver cómo se desarrolla la vida en una ciudad de frontera musulmana. Cuando consiga la libertad tendrá que hacer frente a sus responsabilidades, a las deudas contraídas por su familia, pero también surgirá el amor, un amor prohibido, que ni siquiera una sociedad tan libre como la de la frontera tolera. Pero no dudará en zambullirse en él con el mismo espíritu de libertad que guía su vida, arrostrando las consecuencias. Pero esa sociedad que defiende es una sociedad de frontera donde se dan cita toda clase de gente sin escrúpulos, malhechores, que buscan en la frontera un lugar en el que enriquecerse o librarse de las cadenas que en los reinos del norte imponen los señores feudales. Duelos, intrigas, odios e intereses se dan cita en ella, a la par que nos va narrando la vida en Salamanca, una ciudad medieval de frontera que los reyes cristianos, una vez que se ven fortalecidos y poderosos, no dudan en intentar someter. Y los caballeros pardos en un último intento para sobrevivir, para defender su independencia y su libertad, no dudaran en enfrentarse a su propio rey, porque les va en ello la vida, su propia vida, aunque perezcan en el intento y tengan que sufrir la traición de los suyos. Miguel Domínguez, el Cautivo, nos irá contando a través de su vida toda su fascinante historia y la de su pueblo. Un canto a la libertad de todo un pueblo y la de un hombre, su último representante.1