La imagen de la Tierra con sus cinco continentes se impone hoy en día como algo evidente. Sin embargo, durante milenios constituyó el más diabólico de los enigmas, un gigantesco rompecabezas del cual nadie podía sospechar al principio el número de piezas, ni su imagen final, ni siquiera la forma del marco.
El conjunto fue tomando cuerpo lentamente, a merced de los intercambios entre sabios y viajeros: una fabulosa aventura humana y científica, a lo largo de la cual el hombre aprendió a medir los mares y a situarse en el espacio.
Dar vida a esta paciente y fascinante progresión en el conocimiento de nuestro entorno es la ambición de este libro. Relata las esperanzas y las dudas, las pistas falsas y los éxitos. El lector se maravillará al sumergirse en las cartas que lo ilustran y que muestran la evolución espectacular de los conocimientos, desde los esbozos aproximados y las especulaciones fantasiosas de los primeros tiempos hasta la exactitud casi perfecta de los documentos modernos.