Lo extraordinario de este narrador es la familiaridad con que se pasea por las tierras de la memoria, disfrutándolas y relatándolas cual si fueran las quintas en las que transcurrió su infancia. Se remonta en los tiempos, persiguiendo la manera infantil de ver el mundo, antes de intentar entender cómo se ve desde el presente.
Primeras Invenciones.
Por los tiempos de Clemente Colling.