En la producción poética de Arbeloa puede rastrearse una amplia gama de tonos y de formas. Desde el aliento sálmico de su mejor poesía religiosa hasta la travesura, el humor, la sabiduría de las formas populares tomadas y recreadas para nuevos empeños. Maneja Víctor Manuel Arbeloa una crecida gama de registros como lector voraz y curioso universal, conocedor de los clásicos grecolatinos, la tradición bíblica, el siglo de Oro español y la mejor poesía del siglo XX (?) cualquier lector podrá hallar en la obra de nuestro poeta abundantes piezas de calidad excepcional. E igualmente cierto es -y será mucho decir a favor de un poeta- que Víctor Manuel Arbeloa, incluso en sus versos más intimistas y personales y por supuesto en el resto de su obra, cuenta como un testigo privilegiado de los cambios operados en la sociedad navarra, española y occidental -en los ámbitos político, social, económico y religioso- desde los años sesenta del siglo pasado hasta nuestros días. (Jesús Mauleón).