El perro soñador Había una vez un perro vagabundo, que cada día corría las calles de Ofanda. La gente de Ofanda lo conocía y le tenía cariño, pero nadie podía tenerlo. El perro iba de casa en casa y jamás le falto comida. Todos lo llamaban por nombres diferentes. Algunos le decían perro; otros, cachorro; otros, galgo, etc. En las noches de estrellas, soñaba con tocar alguna de ellas. Imaginaba que podía volar y pasaba en la luna. Desde allí, pensaba que su estrella le hablaba. Y así dormía en la plaza del pueblo hasta que alguna voz lo despertaba o un cariño en su cabeza, lo hacía volver a su vida real que consistía en recorrer las calles. Todos los días eran iguales para él. Pero una noche, el perro soñó que su estrella bajaba a la plaza, le tomaba de una mano y se alejaban volando. Así fue que el jardinero que arreglaba la plaza encontró al perro que ya no volvió a recorrer las calles de Ofanda.