Con sus dotes de videncia temporalmente cegadas por el sentimiento de culpabilidad tras perder a su esposa, Caleb tendrá que confiar en los demás miembros del grupo y en su hijo pequeño, cuyos poderes apenas comienzan a aflorar para salir con vida de la tumba y burlar a una banda de asesinos que han jurado proteger la última morada de su Kan.
La batalla por la supervivencia de la humanidad comienza bajo tierra, en un mausoleo ciclópeo custodiado por un ejército que nunca descansa. Pero ni siquiera los mejores videntes pueden preverlo todo, y lo que sucede allí abajo no es más que el principio.