Dicha carrera comienza pues con la disyunción existencial indicada en el título de la obra: la oposición entre lo estético («aquello que un hombre inmediatamente es») y lo ético («aquello a través de lo cual un hombre llega a ser lo que llega a ser»). A los tratados estéticos que componían la Primera Parte se añaden ahora en esta Segunda, en estrecha vinculación dialéctica con aquéllos, los tratados éticos, en forma de tres cartas dirigidas al autor de los escritos estéticos: «La validez estética del matrimonio», «El equilibrio entre lo estético y lo ético en la formación de la personalidad» y «Ultimátum».
Se ofrece así por primera vez al lector hispanohablante la traducción del danés, íntegra y anotada, de los dos volúmenes de esta obra.