La Nutrición Divina tiene la propiedad de alimentarnos a todo nivel: físico, mental y espiritual. La correcta práctica de este tipo de nutrición está relacionada con nuestra comunión con la Frecuencia Divina, o Frecuencia Madona, como la denomina la autora, y se logra a través de sencillas técnicas de meditación. Esta frecuencia de energía universal, también llamado Prana, o Chi, es la responsable de la vida en todas sus formas y nuestra desconexión actual con ella es la causante de la mayor parte de nuestros males: enfermedades, estrés, cansancio, problemas emocionales y físicos.
Realizando las técnicas de meditación que la autora expone en forma simple y clara, lograremos volver a conectarnos con esta energía superior, lo que nos llevará a conseguir el equilibrio y armonía en cada plano de nuestras vidas.
Prana, Chi, o la Fuerza de la Vida Universal, todos tienen como su vibración subyacente, o frecuencia base, amor y luz pura; y cuando éstas inundan nuestro bio-sistema, estimulan la liberación de más amor y luz adentro nuestro.
Esta corriente de amor y luz es el verdadero Alimento de los Dioses.