«Soy de esa gente que nunca es capaz de olvidar del todo a quienes han perdido, que no conocen ese truco mágico que parece estar al alcance de otros.»
Sin decir nada a su familia, Elyria toma un vuelo de ida a Nueva Zelanda, abandonando su estable pero insatisfactoria vida en Nueva York. Mientras su marido intenta desesperadamente comprender qué ha sucedido, Elyria pone a prueba el destino viajando en coches de desconocidos, durmiendo en campos, bosques y parques, y teniendo encuentros arriesgados, a menudo surrealistas.
A medida que se adentra en la vida salvaje de Nueva Zelanda, el recuerdo de la muerte de su hermana la atormenta y una violencia soterrada crece en su interior, aunque quienes la conocen no perciban nada raro. Esta paradoja la conduce a otra obsesión: si su verdadero yo es invisible y desconocido para el resto del mundo, ¿puede decir que está realmente viva?
La opinión de la crítica:
«Una novela brillante con una intensidad inusitada en la ficción. Es la primera novela más prometedora que he leído este año.»
Sam Sacks, The Wall Street Journal
«Emocionalmente conmovedora. Lacey consigue ser soñadora y feroz al mismo tiempo. He aquí un gran talento.»
Dwight Garner, The New York Times
«Una novela debut inteligente, potente, recalcitrante, exasperante, con estilo.»
Nathan Huffstutter, Electric Literature
«Nunca falta nadie satisface todos mis impulsos lectores, incluido el de abandonar mi propia piel y convertirme en otra persona. Lacey tiene un gran talento.»
Daphne Merkin, The New Yorker
«Una trama escrita con honestidad y gran habilidad lingüística.»
Tiffany Gilbert, Time Out New York
«Divertida como una película de los hermanos Coen.»
Jennifer B. McDonald, Slate
«Te atrapa y está llena de una sabiduría inusual en las novelas de debut.»
Jason Diamond, Flavorwire, «10 Must-Read Books for July»
«Un viaje electrizante.»
Jennine Capo Crucet, The L Magazine
«Una prima desconocida de Marilynne Robinson.»
Rivka Galchen (autora de Atmosferic Distrubances)
«Una maravillosa novela de debut que recuerda a Elena Ferrante y a Amy Hempel.»
Jonathan Lee (autor de Joy)