En materia de comunicaciones judiciales, la efectividad de las cuales condiciona el ejercicio de las garantías del proceso, los excesos generados por una incorrecta doctrina constitucional basada en la falsa dualidad de indefensiones (una procesal y otra constitucional, como si fueran cosas distintas) y por una aplicación de la subsanación en contra del justiciable, patentizan cuán urgente es aquella necesidad.
En la presente obra el lector encontrará, primero, los motivos por los que el esquema debe recomponerse de cero, y, segundo, una interpretación de la nulidad de las comunicaciones judiciales que parte del necesario respeto de las reglas del juego, pues éstas se limitan, ni más ni menos, a desplegar los efectos delart. 24 CE.