Argumento de Nueva Luz sobre Antiguos Libros
Encuadernación: Rústica con solapas
Pienso que la lectura no es comparable con ningún otro medio de aprendizaje y de comunicación, ya que la lectura tiene un ritmo propio, gobernado por la voluntad del lector; la lectura abre espacios de interrogación, de meditación y de examen crítico, en suma, de libertad; la lectura es una relación con nosotros mismos y no únicamente con el libro, con nuestro mundo interior a través del mundo que el libro nos abre».
Acaso estas palabras de Italo Calvino, pronunciadas en una conferencia que el novelista italiano dictó en Buenos Aires, resuman mejor que cualesquiera otras su posición de escritor frente al posible lector, y más concretamente con el hipotético lector de su última obra: Palomar (Alianza Ed.; Madrid, 1985), que por azar del destino, a Calvino la muerte le sobrevino inesperada el verano de 1985 a causa de un derrame cerebral cuando contaba 62 años, se ha convertido, salvo la posible aparición de alguna obra póstuma, en el testamento literario de uno de los más grandes narradores europeos del siglo XX.1