El más grande desafío de la Iglesia Católica en el siglo XXI es la nueva evangelización, que compromete a todas las instituciones eclesiales. La educación integral que ofrecen las escuelas católicas se inspira en una determinada manera de concebir la persona, la vida y el mundo, coherentes con el Evangelio. Las escuelas católicas pueden y deben lograr que la educación que imparten sea un medio de nueva evangelización.