En 2017, Ryad tiene la misma edad que Charlot en sus comienzos, pero a él no le interesa la literatura. Estudiante de ingeniería en París, acepta el encargo de vaciar y repintar una polvorienta librería argelina que su propietario quiere convertir en una buñolería.
En Nuestras riquezas, Kaouther Adimi mezcla pasado y presente, realidad y ficción, para hablarnos de la historia de Argelia y, sobre todo, de un oficio que no se entiende sin el amor a los libros y que es fundamental para la supervivencia de la literatura.