... Y LA LUCHA CONTRA UN DESTINO MALDITO
Descendiente de un antiguo hechicero, y al igual que todos los de su estirpe, Val St. Leger había sido agraciado con un don único y mágico. En su caso, la facultad de absorber el dolor de los demás, con el sólo toque de sus delicadas manos. Para muchos de los habitantes de Torrecombe, no se trataba más que de una vetusta leyenda. Para otros, era el regalo que les había salvado la vida. De todas formas, con semejante talento, Val St. Leger se había ganado el prestigio de un amable y reservado doctor de pueblo.
Aunque muchos ignoraban que la fuente de sus poderes, era también... una pesada cadena.