El modo en que describimos los documentos depende en gran medida del modo en que concebimos los objetivos de los servicios de archivo. En este texto, el punto de partida es una determinada interpretación de los sistemas de archivo, como sistemas complejos que pueden abarcar todas las etapas del ciclo de vida de los documentos y que pueden cumplir objetivos de carácter administrativo y cultural al mismo tiempo. Por otra parte, el modo en que describimos los documentos depende también de las herramientas tecnológicas de que disponemos. En estos momentos asistimos a una transformación del modelo informativo de carácter jerárquico a otro basado en métodos relacionales, derivado, en gran medida, de la importación por parte de la archivística de ciertas técnicas de diseño y análisis de bases de datos. Sin duda, esa adaptación implica una revisión de las posiciones teóricas de nuestra disciplina en la medida en que estas son siempre una respuesta a necesidades prácticas.