Este nuevo número de la Colección Azulejo presenta una edición facsímil del original publicado en 1871 y se acompaña del plano de la ciudad que el autor realizó en 1868.
La información recogida en el \"Nomenclátor\" es sintética (de ahí el uso de abreviaturas y un cierto estilo telegráfico), y es la habitual en los callejeros de la época: lista de calles y plazas por orden alfabético; nombres anteriores (el autor dice que han requerido una minuciosa averiguación); inicio y final de la vía (de acuerdo con el nuevo sistema de numeración); parroquia y distrito judicial a que pertenece e indicación de las iglesias si las hay en la calle. Junto a esta información añade el nombre de los barrios \"con el objeto de conservar en la historia los nombres particulares de algunos distritos\", y la indicación de las calles que formaron parte de la antigua Judería, ya que \"habiendo sido tan notable el barrio que ocuparon los Judíos, y no existiendo ya su límite, conceptuamos curioso indicar las calles que pertenecieron a él\", lo que confirma claramente la conciencia histórica que el autor tenía de su trabajo.
El título permite deducir dos motivaciones importantes: por una parte, se trata de un callejero manual, \"de bolsillo\", que se vende al precio de 8 reales, manejable y práctico, dirigido al gran público, con información útil, fidedigna y comprobada (\"...podemos ofrecer un trabajo que por llevar el sello de la verdad en todas sus partes, no dudamos merecerá la confianza pública\" dice en el Preliminar), Por otra parte, los sucesos políticos de 1868 y el derrocamiento de Isabel II han originado grandes cambios que afectan entre otras cosas a los nombres de las calles, que han obligado al autor a adaptar la información de sus planos a la novísima rotulación con arreglo a la cual se publica la nueva obra.