Harold acaba su última caja de cereales, deja conectada su primitiva videoconsola y decide recorrer Norteamérica durante un lustro. Un tipo que maneja las grúas del puerto de Nueva York diseña una casa para suicidas. En Basora, un marine se enamora de una irakí en el instante en que la encañona. Un tal Julio da forma a una Rayuela alternativa. Sandra vuela de Londres a Palma de Mallorca al tiempo que se resuelve el misterio del incendio de la Torre Windsor. El capitán Willard sigue esperando en Saigón aquella misión: nunca imaginó lo especial que sería. Hay gente que utiliza los oleoductos vacíos subterráneos de la antigua Unión Soviética para cruzar las fronteras. Un cocinero proyecta cocinar el horizonte.
Trasladar al cómic parte del Proyecto Nocilla es consecuente con los principios del afterpop y con la visión no lineal del mundo. Pere Joan da forma a los personajes de Agustín Fernández Mallo y elabora una adaptación a novela gráfica de Nocilla Experience que permite visualizar el complejo entramado de situaciones de la novela, de los personajes e ideas que salpican la narración.
«Así como toda la obra de Fernández Mallo es una construcción donde se mezclan diferentes ámbitos, mi dibujo intenta traducir ese territorio entre el dibujo descriptivo, la poesía visual y la claridad gráfica. El afterpop no teme la fusión de géneros y el cómic no teme a la literatura.»
Pere Joan