Primero renuncian a sí mismos pero, con el pasar del tiempo, el dolor, el respeto al compromiso y hasta la culpa terminan por unirles de un modo aún más fuerte y radical. Staten Island, un siniestro restó en París, los parques de la ciudad de Boston o la Vielle Ville ginebrina son entre otros los lugares-testigo en los que se desarrolla una gran historia de amor que bien podría haber sido la nuestra.