En comida, por ejemplo y por poner un solo nombre, McDonald's. En la vestimenta claramente dos marcas: Zara y Mango, pero sin olvidar el papel de la Alpha Industria. Y en calzado pongamos también otras dos: Nike y Adidas. Es un ejemplo, pero han cambiado la imagen de la periferia y, por ende, la propia periferia.
Yo me quedo con Dadone, que con su "Cuerpo Danone" dio en la clave (también ayudó la moda de la anorexia). Y con Zara y Mango que- desde la distancia, claro, que va de la calzada por donde circula el coche a la acera por donde caminan ellas- han creado la ilusión de hacer moderna a la antiguamente llamana mujer proletaria. Es una fantasía porque cuando te acercas y hablas con ellas te das cuenta de la verdadera dimensión del problema. Es la revolución del maquillaje, algo así como si Margaret Astor hubiera llamado a sus puertas, pero se hubiera olvidado del resto. Pero es toda revolución que al fin y al cabo pueden conseguir las marcas, porque sólo son eso, imagen: que todas, ricas y pobres, se parezcan. Aunque de lejos... pero que se parezcan. Es como si Zara y Mango se hubieran dado cuenta de que las voces, los exabruptos y las circunstancias de cada clase social y pese a la distancia que media entre ellas y a lo vulgar de la comparación, participan en el fondo de las mismas "emociones", están encerradas en los mismos círculos "sentimentales". Lugares comunes de una topografía universal.