Más tarde la protagonista de este manga shojo se da cuenta de que su miedo estaba justificado: la madre de Domyoji no se toma nada bien que su hijo diga que Tsukushi es muy importante para él. Tsubaki consigue cubrir la retirada de ambos chicos, y cuando están los dos solos en el yate, Tsukushi le da su regalo de cumpleaños: unas galletas con la cara de él.