¿Y si te dijeran que el hombre perfecto es alguien a quien no soportas?
Querido diario:
Esta soy yo. Torpe, bocazas y experta en meterme en líos. Mi psicóloga dice que hay que tomarse la vida con humor, pero sinceramente no le veo la gracia a que mi novio de toda la vida me haya dejado por otra. O a que mis padres vayan a divorciarse después de treinta años juntos. ¿El mundo se ha vuelto loco? ¿Es que ya nadie cree en el amor? Pero, hey, no pienses que mi vida es tan mala. Tengo un gato llamado Apolo, escribo en mis ratos libres y acabo de encontrar un empleo como secretaria del señor míster Simpatía. Lo de míster Simpatía es ironía, por supuesto, porque mi jefe es un tipo serio, frío y me da a mí que un poco amargado. ¡Y está como un queso! Cada vez que no repara en mi existencia -la mayor parte del tiempo-, me quedo observándolo con cara de placer. ¿El único problema? Además de tener novia, me mira como si yo fuese el bicho más raro del planeta.
¡Qué se le va a hacer! De ilusión también se vive...
Me llamo Ana, tengo veinticinco años y soy una pringada. Esta es mi historia.