Ésta es una historia sobre la necesidad de escapar de los demás y de uno mismo, sobre el abandono, el amor y los machismos, sobre aquello que se dice, aquello que se insinúa y aquello que se calla, sobre la mentira y las diferentes violencias que enfrentamos.
No contar todo, novela de no ficción, presenta la saga de los Monge, al mismo tiempo que cuenta la historia del país que habitaron. El abuelo, Carlos Monge McKey, descendiente de irlandeses, finge su propia muerte, haciendo estallar la cantera de su cuñado. El padre, Carlos Monge Sánchez, rompe con su familia y con su propia historia para irse a Guerrero, donde, convertido en guerrillero, luchará al lado de Genaro Vázquez. El hijo, Emiliano Monge García, nacerá enfermo y vivirá sus primeros años hospitalizado; será considerado el débil de la familia, y eso le impulsará a crear un mundo de ficciones que con los años se irá haciendo más y más complejo y del que después ya no podrá escapar, más que escapando de todo.
No contar todo es la genealogía de una triple huida, el recordatorio de que una desbandada también puede ser una familia.
Críticas:
«La obra más ambiciosa y emotiva de Emiliano Monge. Una novela sin ficción pero articulada con un arsenal deslumbrante de recursos narrativos. »
Antonio Ortuño, Babelia
«Emiliano Monge eligió abrazar a sus muertos, a sus muertes, para contarlas con todo el virtuosismo y la ambición con que ayer se inventaban novelas. El resultado es un asombroso juego de sombras y luces personales que constituyen sin disimulo un fresco en carne viva de la historia de México. Es también una historia de hombres solos y de padres también solos que enfrentan de manera siempre insólita y propia las obligaciones de la herencia.»
Rafael Gamucio, Babelia
«No contar todo es una novela sobre los machismos en México, sobre aquello que se dice y aquello que se insinúa, pero también sobre lo que se calla, se miente y de lo que se escapa.»
Yanet Aguilar Sosa, El Universal
«Una deslumbrante novela [...]. No contar todo, el título, se ajusta precisamente a esa ambición: novelar no es agotar los registros de una vida en una o dos consignas sino posponer, alumbrar unas cuantas porciones, hacer creer que lo leído puede tomar la apariencia de la verdad.»
Roberto Pliego, Milenio