Esta colección de relatos y microrrelatos nació como un experimento en redes sociales siguiendo la máxima Ni un día sin una línea. A lo largo de una estación, atendiendo a las peticiones de los lectores y sus ganas de leer, se va componiendo un camino que intenta visitar todos los mundos, épocas y posibilidades.
El libro, concebido para ser leído como fue escrito, ofrece unas cuantas historias para viajar y sentir. Desde el pasado más pretérito hasta el futuro más imperfecto, desde zombis a psicópatas. Gira, como casi todo, en torno al amor y a la pérdida y no dejará indiferente a nadie.
Es, ante todo, un juego de laboratorio literario, cuestionándose el deseo de la lectura y la satisfacción que provoca en los lectores. Pretende, ante todo, mostrar variedad e impulso creativo.
Lo que no se puede negar es que cada uno de los textos aquí presentes es un grito a la vida, a la muerte, a la historia y al sentimiento.