Para descubrir los misterios del presente hay que desvelar los secretos del pasado.
1985. El sacerdote italiano Camilo Cavalieri, uno de los mejores agentes de los servicios de inteligencia del Vaticano, es encontrado muerto en extrañas y oscuras circunstancias. Todo parecía especialmente preparado para el asesinato. Veinte años después, su hermano Donato, también sacerdote, tratará de buscar respuestas y descubrirá uno de los secretos mejor guardados de la Iglesia católica.
Así arranca esta fascinante y enigmática novela, que narra la estrecha colaboración del gobierno de Estados Unidos y la Santa Sede en operaciones encubiertas. La aparición de unos manuscritos inéditos del eminente científico inglés Isaac Newton en los que aparece fijado el año 2060 como la fecha del fin del mundo y su posterior estudio e interpretación, desencadena una serie de acontecimientos internacionales de consecuencias insospechadas.
¿Es el servicio de inteligencia del Vaticano el más poderoso del mundo? ¿Qué papel juega la CIA en esta conspiración silenciosa? ¿Es posible desentrañar las huellas latentes del pasado? ¿Se están cumpliendo las profecías de Newton?
Magistralmente, Raúl Vallarino nos invita, en esta ficción no exenta de realidad, a aventurarnos en un laberinto de escándalos silenciados que mantiene la intriga, la incertidumbre y el misterio hasta sus últimas páginas.
«Encuentro más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana».
Isaac Newton (1642-1727)
Reseñas:
«Un entretenido thriller histórico que incluye una parte documental y que gira alrededor de la figura de Isaac Newton y su profecías sobre el fin del mundo». Blog Me gustan los libros
«Bajo una portada tan oscura como la trama principal de la novela es como se nos presenta Newton la huella del fin del mundo. Una novela de intriga, misterio, detectivesca y con reflejos de novela negra». Blog La petita librería
«Escrito desde la rigurosidad y una gran documentación que comparte con los lectores, los escenarios y los hechos son tan reales que se difumina hasta el extremo la línea que separa realidad de ficción». www.icndiario.com