Esta novela relata las vivencias de un protagonista perverso que danza por el mundo social en un estado de continua violencia, con relaciones humanas turbulentas y siniestras. Ante todo, es un hombre depresivo y prosuicida, nihilista de carácter y con una personalidad aviesa, iracunda y maniática, que le conducirá por la vida social dando zancadas entre un delirio y otro. Su sentido desgarrado de la vida y su fuerte violencia interior le hacen ver el mundo social como una jauría de caníbales, donde aquél que no se impone es sodomizado y desterrado a las tinieblas del castigo más feroz. Su vida sexual está nutrida por relaciones polémicas donde el sadismo y la ilegalidad se presentan como formas desinhibitorias que tratan de hallar la autenticidad del ser. Todo ello, combinado con el uso de la fuerza y el poder como método de ser Supremo, y tener bajo subordinación al otro, evitando así, el sufrimiento. El personaje no cree en nada, considera que todo es un invento, que todas nuestras emociones, símbolos, creencias, doctrinas ideológicas y religiosas son un invento deleznable de una cultura genocida que se ha impuesto para esclavizar el pensamiento del ser humano, y convertir a éste, en un borrego satánico que debe despojar al raro y disidente.