Echas una ojeada a la calle
donde no sucede nada extraordinario,
o todo es tan común
que no le dedicas demasiada atención.
Lo cotidiano
lucha por vencer su transparencia.
Y entre todas esas cosas
el sol que cae de los árboles,
los coches cansados,
la mujer empujando el carrito de un bebé
va ofreciendo puerta por puerta
el vendedor ambulante
una primavera en miniatura.
"nada extraordinario", de Juan Bello.