Podría parecer que retomar la figura del Partido Comunista como modelo fuese algo ciertamente extemporáneo, ligado a viejas nostalgias o a algún tipo de desubicación con respecto al presente postmoderno. Hace tiempo ya que los sujetos y estructuras de la izquierda han mostrado sus límites de escalabilidad. Sin embargo, lo que tenemos entre manos es un texto que intenta analizar en términos subjetivos, pulsionales y políticos cómo funciona la agregación política, cómo se crean lazos organizativos estables que permitan acumular, que permitan salir del aislamiento de las luchas segmentadas y abran horizonte a un cambio político global. Ese, y no otro, es el valor del ejercicio de pensar en el Partido.