Argumento de Mucha Suerte
Cuando él era niño, su madre hablaba de los hombres como seres rígidos, un trazado duro por el que las mujeres fluían como el agua a través de un sistema de cañerías... Con estas palabras y otras igual de hermosas, Rachel Cusk nos lleva por esta novela insólita, compuesta de cinco momentos narrativos distintos, donde los personajes se encuentran y desencuentran, hiriéndose en lo más hondo. Desde la rabia de una mujer que da a luz en la cárcel hasta la calma aparente de las parcelas ajardinadas de los suburbios, donde los cochecitos cargados de bebés desfilan como soldados dispuestos para la batalla y las madres jóvenes cultivan su locura entre macetas de geranios y papillas de verduras, el mundo de Rachel Cusk habla de aquello que nos separa de los que amamos, y de los lazos que nos unen a nuestro pasado, un ayer que ya no sentimos nuestro y que sin embargo nos persigue con ahínco. Poco hay en las páginas de Mucha suerte que celebre las delicias de la maternidad, nada queda de la sensiblería al uso; lo que encontramos aquí es el retrato su til de una sociedad hipócrita y una propuesta atrevida para que revisemos proyectos de futuro y recuerdos de infancia de la mano de una narradora capaz de seguir el camino que en su día abrió Sylvia Plath. La opinión del editor: Cuando leí el manuscrito, casi me sentí herida por las palabras de Cusk. Dejé reposar los folios unos días y comprendí que esta autora, madre de dos hijos, estaba diciendo de la maternidad lo que quizá muchas mujeres sienten pero no se atreven a pensar siquiera.