La hija de Mr. Potter regresa a la isla de Antigua, después de la muerte de su padre, para narrar su vida. Es la historia de un taxista que se gana la vida conduciendo un Hillman azul marino por las amplias avenidas que recorren las únicas ciudades que ha visto.
A través de Mr. Potter, Kincaid nos presenta una obra llena de referencias autobiográficas, en la que vuelve a ahondar en su mundo interior. Los personajes de esta novela viven atrapados por su pasado. Su vida, lenta y repetitiva, no les permite avanzar, pero sí reflexionar sobre ella. Hablan, actúan, viven. pero sus palabras, sus hechos, sus vidas, no pueden cambiar bajo ningún pretexto el pasado, nada puede hacerlo. Congelados permanentemente, sueñan con el triunfo bajo la certidumbre de la derrota.