Esta obra ofrece en primer lugar una definición de la familia moderna caracterizada cada vez más como "nuclear", y por el hecho de que los hijos no tienen prisa alguna por separarse de los padres y organizar autónomamente su vida. El tema central son los problemas de la adolescencia, que pueden ser más graves en el modelo actual de familia porque las relaciones de dependencia y de complementariedad contraproducente tienden a eternizarse. En este sentido, los autores hablan incluso de una prolongación de la adolescencia, a veces, hasta los 30 años.
La exposición de los problemas que pueden producirse en la relación entre padres e hijos está organizada a modo de una útil clasificación de los diversos modelos de interacción. Como ilustración de cada modelo, se incluyen casos clínicos que permiten que, en la práctica y pese a las diferencias individuales, se pueda detectar una serie relativamente limitada de esquemas de conducta. De este modo la clasificación contribuye a reflejar el enfoque de la terapia breve para la cual, al mismo tiempo, resulta de gran utilidad como armazón para captar rápidamente los fallos en la dinámica, y para proponer las soluciones adecuadas.