Los elementos magnéticos se dividen de forma general en dos grandes grupos según la función que realizan: bobinas (dispositivos que almacenan en forma de campo magnético la energía procedente de un campo eléctrico) y transformadores (convierten la energía de un campo eléctrico en un campo magnético para volver a convertirla en un nuevo campo eléctrico y conseguir así modificar las propiedades del campo inicial; además proporcionan aislamiento galvánico). Esta división general es muy simple, ya que las misiones específicas de los componentes magnéticos son muy variadas. En un circuito electrónico es posible encontrar elementos tan diversos como transformadores de baja frecuencia, bobinas para filtros, transformadores de potencia de alta frecuencia, bobinas acopladas, transformadores de impulsos, bobinas auxiliares para circuitos resonantes, amplificadores magnéticos, transformadores de corriente y de señal, etc. Los desarrollos actuales en el campo de la electrónica de potencia moderna progresan hacia una mayor integración (miniaturización, reducción del tamaño y del peso). Así, en los últimos tiempos proliferan técnicas de miniaturización de muchos de los componentes que forman parte de los equipos electrónicos que trabajan en conmutación (semiconductores, resistencias, condensadores,?). Sin embargo, los elementos magnéticos parecen ir varios pasos por detrás en este proceso de integración, siendo todavía los componentes más voluminosos de los equipos que los incorporan, suponiendo por tanto un lastre en esa línea de evolución en la que se reduce el tamaño.