Si te importan recursos tales como un abrigo, una fruta, un beso, la comprensión, te invito a valorar este bocadillo de escritura como un asidero más en tu particular historia, sin otra pretensión que la del compañero que intenta echarte una mano ahora, resultados aparte. No te va a saciar, tal vez no te alimente, puede que ni te guste su sabor, pero te calmará una pizca de hambre, a menudo inconsciente, ayudándote a llegar a mañana. O no. Porque puedo, ¿qué te garantizo?: Si con estas palabras, de cuyo orden soy responsable, vas a perder algo, será por derrota ínfima; y si algo has de ganar, no será por victoria pírrica. Reflexionar nos define y cuanto nos conduce a ello es digno de estimación. Avante. Ya te dirás.