Argumento de Miscelanea. Derecho, Economía y ética (papel + E-book): Textos para Comentario Crítico 1993-2018
Las personas tienen rostro, se identifican fácilmente, generan filias y fobias. Se pueden incluso fotografiar. Las ideas exigen mucho más esfuerzo, requieren mil palabras porque no pueden captarse en una imagen. Pero ello no quiere decir que tengamos que renunciar a ellas, ni que nos neguemos a convertirlas en algo prioritario. Hacerlo sería un suicidio para la izquierda, porque este es uno de los elementos diferenciadores con quienes pretenden relegarlas para que no distraigan la genuflexión ante el Gran Dios, el Ser Único que emerge en mil imágenes cuando renunciamos a las ideas. Para ellos si puede ser cierto que una imagen, cualquier rostro del que lo puede todo -un lujoso chalet, un formidable coche, un artificial famoso-, vale más que mil palabras. Pero la izquierda ha de ser necesariamente iconoclasta, necesita de la palabra para entender el pasado, trabajar el presente y proponer el futuro. Que este es un momento idóneo para que la izquierda acentúe su cotidiana puesta al día es algo evidente. No se trata de resolver nada definitivamente, yo no creo que la dialéctica sea un instrumento para acotar las respuestas, es algo mucho más importante: dar vida a la controversia, al debate como motor del permanente cambio. Acabar con los dogmas, porque estos son el argumento del inmovilismo.0