Andrés Soler sueña con dirigir su propio hotel. En una postal encuentra el lugar ideal para sus fines: Alvear de la Torre, pueblo marinero de la costa asturiana de cuyo paisaje se enamora perdidamente. Su sueño se hace realidad y construye el hotel en los terrenos colindantes al palacio ducal, cuyo dueño es un ser desconocido y misterioso. Soler se traslada junto a su esposa, Belén Almonte, y sus dos hijas a aquel lugar idílico, pero al poco tiempo la tranquilidad de Belén se ve alterada por el ramo de flores que, de forma anónima y acompañado de un mensaje inquietante, aparece cada semana en la puerta de su farmacia. Se siente vigilada, lo que hace que tanto su salud física como mental se vean afectadas, y se ve rodeada de intrigas que harán saltar por los aires los que hasta entonces eran los cimientos de su vida. Todo encajará cuando el secreto mejor guardado salga a la luz, llevando al lector a un final totalmente imprevisible.