Un meteorólogo viviendo casi 8 años en la Antártida Argentina. Relatos que describen en primera persona sus experiencias durante las distintas campañas que le tocó hacer entre los años 50? y 80?, mientras, en el continente, la historia del país se marcaba. Detalles de los días en un ambiente hermoso y a la vez hostil, con una profesión tan particular. Convivir no solo con los pocos seres humanos que acompañan esta aventura sino también con la naturaleza extrema que los rodea y los peligros de la misma. Disfrutando del privilegio de estar entre esos interminables paisajes blancos y helados. Una Antártida tan lejana, imprevisible, tenaz y todo lo que implica distanciarse de la familia por tanto tiempo durante varios años. Momentos inolvidables que quedaron atesorados en él.