Gonzalo de Berceo recogió en Milagros de Nuestra Señora una de las tradiciones más vigorosas y populares del siglo XIII: las leyendas marianas. Este monje de Silos escogió veintiocho historias sobre la Virgen, las puso en verso y las acompañó de un prólogo de contenido simbólico. Gracias a su sencillez y a su frescura, estos relatos piadosos, nacidos en su día con el propósito de conmover los fieles y despertar su devoción, mantienen todavía su ingenuo encanto y perviven con inusitada fuerza.