Este libro narra la historia de una mujer que, tras una incierta cirugía estética, convalece en una clínica caribeña al cuidado de una cocinera negra de paciencia infinita e ironía refinada. Aunque no exenta de amor, la mirada del mundo que tiene Carmen Prado es desfachatadamente incorrecta, mordaz y contradictoria, «siempre exagerada», según dice el narrador que hace de contrapunto a su embriagador monólogo.
Con el carnaval primero y luego la violencia política y social haitiana como telón de fondo, la novela transcurre principalmente en la habitación donde Carmen Prado se recupera mientras evoca sin miramientos su pasado, piensa su presente y especula cáusticamente con su futuro, siempre acompañada de su abnegada cuidadora, con quien termina configurando una entrañable versión femenina y sedentaria de Quijote y Sancho.
La publicación de esta novela supone la celebración y la consagración de los veinte años de carrera literaria de un autor incomparable.