A los treinta y un años ya se le consideraba el mejor artista de Italia, y probablemente del mundo; pero para sus enemigos, era arrogante, zafio y extravagante. Durante décadas, se movió en el centro de la vorágine en la que la historia de Europa se vio sumida durante el paso del Renacimiento a la Contrarreforma.
Como un héroe de la mitología clásica, similar al Hércules que esculpió en su juventud, fue sometido a constantes pruebas. Esta biografía, fruto de una investigación minuciosa y capaz de englobarlo todo; desde las cartas de la época y aquellas primeras biografías repletas de chismes, hasta las últimas investigaciones acerca del famosísmo artista italiano, tiene también, en sí misma, algo de epopeya.
Para el autor, su mayor logro no estriba tanto en sus mejores obras, como en su inmensa personalidad, que transformó para siempre nuestra noción de lo que puede llegar a ser un artista.