En Enero de 1999 Mary salió a navegar en kayak y sufrió un gravísimo accidente. Durante quince minutos, el tiempo que tardaron en rescatarla del agua y tratar de reanimarla de lo que pensaban que era una muerte segura, Mary estuvo en el cielo, sumida en un estado de paz y felicidad. Desde entonces su vida dio un giro. La conversación que mantuvo en el cielo y su cercana relación con Dios, le permitieron comprender el sentido de su presencia en la Tierra.